DIARIO DEL VIAJE A BARCELONA

Mi padre y yo nos levantamos a trompicones a las seis de la mañana. Desayuné y cogimos las maletas y fuimos con el abuelo a tomar un café, porque mi padre no había desayunado.

Nos fuimos a la estación del Sorolla donde estuve yendo al baño y a la librería toda la media hora de salida.

aquí estoy con papa esperando a  que salga el tren.

Total, que estuvimos como tres  horas en el  tren durmiendo y leyendo, yo el libro del prisionero del cielo y papa un  librito bibliográfico sobre un yogui que era clavado a un personaje de stranger things.

Salimos del tren y fuimos directos al metro hacia la parada mas cerca del arc del teatre. Mi primera impresión de Barcelona fueron las obras, la gente caminando de aquí para ayá, tiendas, hermosos edificios y toda la estatua de colón en mis narices. Mi padre intentaba encontrar el camino hacia el arc del teatre, donde se supone que comenzó la historia.

Aquí me tenéis con cara de flipado mirando al horizonte mientras toco donde se supone  que está la puerta al cementerio de libros olvidados. Quería parecer que estaba ilusinado, metiendome en la historia, pero me salió mal y parece que me haya tomado un extaxis.

La siguiente parada fue la plaza de Catalunya. Donde se encuentran el amor platónico del protagonista y su tío. La plaza estaba plagada de gente, y llena de bares, había una fuente donde se encontraban un grupo de alemanes que me asustaron. Pero nada mas interesante.

Esta es la plaza, ese soy yo. Imaginando que en una de esas ventanas se encontraba aquella muchacha ciega que destripa su piano con sus notas infernales. Aquella muchacha tan bella que despertaba la lujuria de aquel que la veía. Sobre todo el protagonista, que el muy turbio soñaba con sobarle el cuello.  Fue un capitulo aburido y mas una perdida de tiempo. Pero es cuando el prota se encuentra con su mejor amigo al quien mas tarde recogería de la calle. Y mi personaje favorito, el hombre entre todos los hombre, y que por mi parte, toda mujer debería luchar.

En la calle Ferran estaba la siguiente parada. La sombrerería Fortuny, la tienda del papá del escritor. El escritor y su amada se hicieron una foto ahí, y yo también. Pero antes paramos a comer una ensalada y pasta carbonara porque estabamos muertos.

En la foto podéis divisar que estoy en una sombrerería, justo donde el escritor y su amada. Es una muy famosa, seguramente la inspiró a Zafón.

Seguimos en la calle santa Ana. La librería Sempere e hijos. La que por generaciones ha estado en el mismo lugar, y mi librería favorita. Ojala no fuera todo ficción.

Esta foto está hecha en una librería que no está en la calle Santa Ana. Pero igualmente es la que inspiró a Zafón, me hubiera encantado entrar. Pero por la hora que era estaba cerrada.

Era bastante tarde y ya ibamos a la posada a descansar de la caminata. 

No se a que hora fué, ni en que parada. Pero mi padre entró a una tienda de nativos que se llama Nativa con belenes preciosos de indios en dondé me compre una camiseta de indio. La cual lucí a la noche.

Aquí me teneís luciendo en el baño de la posada mi camisa Nativa. Con gran estilo y escusa para lucirlo en este blog. Que por cierto, esta foto me la he puesto en mi fondo de perfil. 

Total que nos fuimos a la posada. Donde lo dejamos todo. Hice videollamada con mis amigos, cual hicimos planes para el verano. Y también 

 vimos Netflix hasta las ocho de la noche, cuando bajamos a probar el  super tazón de ramen. 

Me vi los cinco episodios de la segunda temporada de sweet thoot 

 .

En la noche bajamos a cenar a un restaurante de ramen. Y nos topamos con mi amor de Barcelona, la Sagrada Familia. ¡Que belleza por dios¡ Os juro que me enamoré. Admiré cada palmo de esa maravilla de catedral. No me quiero ni imaginar como es por déndro pero será bellísimo. Pero por la noche se iluminaba la estrella del belén y el espectaculo es magnifico.

Señor Gaudí, me quito el sombrero ante usted.

Os voy a poner una foto. Pero os aseguro que no va a ser lo mismo. Vais a tener que ir a Barcelona para admirar vosotros mismos a la sagrada familia. Una imagen no te enseñará su verdadera  belleza. Además de mi cabezónque lo tapa todo.

Una foto a las puertas de la sagrada familia. En mi opinión, lo que mas me gusta de la catedral. Que elegancia. Cuando vovamos a Barcelona invitaré a mi abuela para que vea la catedral, porque todo el tendría que verla, y ella no la ha visto.

Volvamos con el Ramen. Fuimos a probar el ramen. Que es una sopa de fideos japoneses con verdura y una alga. Se le puede echar pollo o pescado e incluye un Naruto, que es especie de pasta espiral hecha de pescado. Os aseguro que me lo comí todo, el alga incluída. Y estaba delicioso, me pedí un kagaare ramen que tenía pollo, pero no me pude beber el liquido porque ya no podía mas con mi estomago.

Después nos fuimos a la posada a dormir la mona hasta mañana. Aunque volvimos a ver Sweet Thoot. Había sido un día duro a si que a dormir. Buenas noches.

¡Buenos días¡ Aquí en el Tibidavo. Vamos a nuestra siguiente parada. Fuimos del metro hasta aquí a si que fue una mañana liosa, pero sigamos.

Nuestra siguiente parada es el numero 32 de la avenida del tibidavo. El angel de brumas, si, el mismo. La casa de los Aldaya, la familia de la amada del escritor. Todo el barrio está repleto de casas maravillosas. Que podrían ser las primas de la sagrada familia. Estas casas crecen como treboles y solo logran levantar una ceja en Barcelona. El protagonista del juego del ángel vivía en una de esas casas tan pero tan preciosas.

 Si, esta es la casa numero 32, preciosa eh. En  esa ventana abierta de arriba me imaginé que es donde dio a luz la amada del escritor, que se llama Penélope  Aldaya. La habitación en la que también murió.

Ahora es un hotel de cinco estrellas, el cual me hubiera encantado dormir, por desgracia es caro.

No pudimos ir ni al cementerio de Montjuic ni al parque del tibidavo. A si que decidimos que ya era suficiente viaje por hoy.

Paramos a comer una hamburguesa, y a eso de las cuatro nos fuimos al tren en donde por fin pude dormir. Llegamos a eso de seis o siete de la tarde a la estación del norte, en donde llegamos a casa de mis abuelos en un taxi. La primera persona familiar a la que vi fue a mi  prima Mía corriendo como una loca por el parque de Benimaclet. Saludamos al abuelo y a la abuela y nos fuimos para recibir a mi hermana y a mi madre que se habían ido con la clase de mi madre a Cal.

 

 Estábamos hechos polvo.

Si os digo que he aprendido, no he aprendido nada. Me lo he pasado bien y eso es lo mas importante. Me gustaría volver para ver otras cosas que no he visto de Barcelona y para entrar dentro de la sagrada familia.

Algo que si he notado, es que la gente camina para ayá sin saber que hay un montón de secretos ocultos en Barcelona. La gente mira hacia adelante, pero a veces debemos mirar un poco para los lados para descubrir cosas para que no se olviden. Y también ver que la lectura, si la acojes, puede ser bastante interesante.

Este es mi viaje, y en cuanto os leais cementerio de libros olvidados, os animo a hacerlo...

                                                       FIN, POR AHORA.